Que en menos de 4 meses de haberse inaugurado el paso expréss de Cuernavaca, se haya producido el mil veces mencionado socavón. Muy grave, gravísimo que Gerardo Ruiz Esparza, no haya sido destituido ya de la Secretaría de Obras Públicas, como responsable de la calidad de las carreteras, y que por corrupción no haya estado vigilante ante las mañas de las compañías constructoras.

¿Qué digo? Lo más seguro es que Esparza y los constructores en criminal contubernio permitieron la construcción sin los estudios y pruebas de laboratorio, que dieran confianza por la resistencia de los materiales y del suelo. Ahora se conforman con echarse la bolita y con justificaciones tendenciosas niegan su responsabilidad. Yo quisiera que Ruiz Esparza y los señores constructores tomaran más en serio el doloroso caso de la perdida de los señores Juan Mena López y Juan Mena Romero, padre e hijo, dos vidas en plena productividad que dejan huérfanos y viudas en vez de dar explicaciones peregrinas.

Doctor Arturo Aguilar