Escribe: Yory Godman
AMIGOS:


Hace aproximadamente 33 años, era presidente de Naucalpan el Lic. Sergio Mancilla Guzmán y, en repetidas ocasiones le escuché decir: “Naucalpan pinta su raya”; con estas palabras don Sergio quería decir que desde aquella lejana época en el municipio no se permitiría ni una construcción más, entre otras cosas porque ya empezaba a registrarse algunas escaseces y por el otro lado también en toda la zona se empezaba a palpar algunas dificultades para el desenvolvimiento de las tareas cotidianas, tanto para las autoridades como para la sociedad.

Algunos pozos empezaban a disminuir su aforo en tanto la demanda del consumo de agua crecía a causa del creciente arribo de familias a la zona. La vigilancia también empezaba a ser rebasada por la comunidad; en realidad, ya desde entonces los servicios públicos dejaban bastante por desear.


LA LLEGADA:


del Lic. Luis René Martínez Souvervielle (rip) 1985/1987, ligeramente mejoró la prestación de los servicios municipales, pero no porque haya detenido el otorgamiento de licencias de nuevos fraccionamientos o ampliaciones de los existentes, a decir verdad creo que ni el Lic. Mancilla Guzmán, cumplió a cabalidad su propia sentencia.

Por eso estamos cómo estamos: ya no cabemos. Y lo grave es que en poco tiempo la situación se pondrá peor.

¿Acaso nuestros flamantes ediles (Naucalpan y municipios vecinos) frente a la inagotable beta de oro en sus manos, léase: uso del suelo van hacerle al feo para que la gente no sufra escasez de agua, ni de vías de comunicación, ni de la falta de seguridad, ni recolección de desechos? Según la oficina de comunicación social de Naucalpan ésta asegura que OAPAS es un ejemplo a seguir por su magnífica administración del abasto del agua.

¿Qué, no sabrá que toda la llamada zona popular cuenta con el vital líquido únicamente los viernes, sábados y domingos de cada semana y en sólo en algunas horas? Y de seguro no es porque el municipio se está ahogando con el H2o.

PENJAMO:


Es verdaderamente un imperativo que los Ayuntamientos de toda la zona antes de extender permisos de construcción, se coloquen sus manos sobre sus corazones para compadecerse de las familias que están viniendo a vivir en la zona donde ya pasarse la vida no es cosa fácil: por todos lados son aglomeraciones, empujones, avanzar a vuelta de rueda durante horas hasta para asistir a clases o ir de compras o a divertirse a un cine.

Los bienes naturales no son eternos pues nos encontramos con claras señas de agotamiento del agua para uso doméstico y las calles resultan ya demasiado estrechas para la cantidad de vehículos en circulación, ya no se diga la contaminación que provocamos irremediablemente con la tendencia a mayor enrarecimiento del aire; sin la esperanza de que en los próximos meses o años vayamos a respirar mejor.

Es pues urgente que los ediles controlen totalmente sus instintos corruptos y que en vez de encarecer las licencias de construcción para saciar su loca ambición, los solicitantes y, por ende corruptores los manden a Pénjamo.


Mientras tanto si queremos la paz, trabajemos y oremos por la justicia y hasta la próxima chirigoteada amigos: [email protected]