Para nadie es un secreto que los jóvenes de ambos sexos, hoy por hoy representan el mayor porcentaje de toda la población mexicana. Este es un verdadero potencial humano que hasta nuestros días está siendo menospreciado por las instituciones oficiales y privadas, o, por lo menos no está siendo atendido tal como este sector lo ha venido demandando desde siempre, por lo menos desde que fui joven y, de esto ya ha pasado mucha agua bajo el puente.


Sin embargo, abrigamos la fundada esperanza que los políticos en busca del “huesito” cualquiera que éste sea a alguien de los candidatos se le ocurra buenas ideas que tan pronto como sea asentadas las aguas las conviertan en programas eficientes en favor de la juventud. Estos programas y actividades de toda índole, a estas alturas de las campañas, ya deberían estar perfectamente estructuradas y hasta en marcha, siquiera por el interés de los millones de jóvenes que este 1 de julio votarán por primera vez.


El pasado viernes 9, al cierre del programa Scholas Ciudadanía llevado a cabo en Naucalpan con la participación del arzobispo, primado de México éste enfatizó la importancia de los jóvenes al ser el grupo mayoritario de la población por lo que se requiere de su participación para vencer problemas como la corrupción y la discriminación.


Por su parte los jóvenes también propusieron la creación de escuelas, cursos, talleres y seminarios para fomentar la ética,  concientización y humanización en instituciones educativas, así como el desarrollo de campañas y programas para facilitar la transparencia.

José Agustín de la Sota