TORRE DE BABEL

Estimado señor Gordillo:

Lo felicito por su labor frente al periódico ECOS durante 50 años ininterrumpidos: de 1968 a mayo de 2018. Espero en Dios que todavía contemos muchísimos años más con  esta  única publicación que le da voz a la ciudadanía la cual casi siempre encuentra  respuesta por parte de las diferentes autoridades y por instituciones privadas. ¡Felicidades!

A continuación, le presento este comentario con el propósito de su publicación.  Anticipadamente le envió mis reconocimientos.

En estas semanas que han sucedido a las elecciones del 1 de julio, tal parece que estamos viviendo un remedo de la bíblica Torre de Babel con la diferencia de que en aquella, las gentes confundidas se comunicaban por diferentes dialectos y, en la mexicana con hablar todos el mismo idioma no siempre nos entendemos. Pienso que esta falta de entendimiento se debe a que se han venido agolpando las más diversas declaraciones, contradicciones, ocurrencias, propuestas irrealizables: en la mayoría de éstas sin la lógica necesaria, algunas carentes de sentido común y otras más casi absurdas, como el planear que 14 secretarias se reubiquen en capitales de diferentes entidades. Aunque a  mi juicio, esto me parece absurdo, a López Obrador y a su equipo, esas reubicaciones les serán de suma importancia para la concentración del poder presidencial.

En otro orden de ideas también siento que es por demás preocupante que Andrés Manuel  tenga en sus planes de pronta ejecución nombrar en cada una de las entidades federativas un representante político presidencial que supervisará, vigilará y será que le entregue al gobernador  las partidas de la federación y ese decidirá cuándo, cómo y en qué las  invertirá.

No dudo que estas medidas contribuyan a combatir la corrupción tan frecuente y tan desmesurada en los gobernadores como los más recientes casos de Coahuila, Chihuahua, Veracruz,  Tabasco, Quintana Roo: por mencionar los más sonados y que aún están en investigación.

Aunque, siguiendo la figura de la Torre de Babel, debo decirle que se me quedan muchas otras propuestas y programas en el tintero y, no porque las considere menos importantes o menos preocupantes; espero en próximas ocasiones  comentárselas para que si le parece bien las comparta con sus numerosos lectores y lectoras.

A T E T A M E N T E 

Lic. José Arturo Acosta