EROTISMO FEBRIL

Señor Director:

Remito este artículo de opinión para su publicación si lo considera oportuno. Lo puede resumir. Se permite la reproducción total o parcial de este artículo citando al autor y a este Foro. La frecuencia con que casos de violencia sexual llenan muchas páginas de sucesos evidencia que vivimos en una sociedad aquejada de un erotismo febril. El caso más reciente ha sido el de “La Manada”, en Pamplona, que a altas horas de la noche, cinco hombres atacan sexualmente a una mujer sola. ¿Por qué esos hombres se han comportado como bestias? Por su actuación se deduce que consideran el sexo como un producto, uno más de los que oferta nuestra sociedad de consumo. En consecuencia, tratan a la mujer sin el respeto debido a su dignidad de persona, como si fuese una cosa, un objeto de usar y tirar. Estas evidencias que se deducen de los hechos, ¿qué respuesta requieren? Mucha gente, en grandes manifestaciones por varias ciudades, pide reformas del Código Penal para poder imponer sentencias más duras. Pero esto es insuficiente. Sería como pretender combatir una epidemia, por ejemplo, pidiendo que se aplique más cirugía, ignorando que lo razonable y eficaz sería tratar de manera preventiva sus causas. Resulta llamativo que no exista también un clamor de muchas voces pidiendo un debate cultural y social para reformar el Sistema Educativo, de modo que niños, jóvenes y adultos, aprendan a valorar la sexualidad humana como la facultad que entre hombre y mujer puede expresar amor genuino, manifestado en entrega mutua, y que es cauce para la transmisión de la vida ¡humana! La sexualidad hay que tomarla muy en serio, porque de lo contrario pasa factura: su corrupción causa patologías individuales y origina trastornos sociales, que son muy tristes y salen caros. Recordemos que Dios perdona siempre, los hombres algunas veces, pero la naturaleza nunca.

José Murillo.