TREN MAYA

Estimado Señor Gordillo:

Qué hermoso y emocionante será recorrer las zonas arqueológicas enclavadas en las selvas de Chiapas, Campeche, Yucatán, Tabasco y de Quintana Roo, cuando estén surcadas por el tren maya y, poder pararse en los mismos lugares donde florecieron, hace más de 500 años, las culturas que han maravillado al mundo y el ingenio de nuestros antepasados que les permitió elegir los lugares ideales para construir sus mansiones y palacios; sus mausuleos y moradas en medio de las grandes extensiones de la más exuberante y variada vegetación: entre ríos de agua transparente y, cataratas chicas y medianas: al ritmo de las más raras melodías de gran variedad de aves y chillidos de diversas razas de monos mientras ejecutan sus travesuras desde lo alto de gigantescos cedros, caobas, huanacashtes y gran variedad de pinos y oyameles.

Yo pienso que sintiéndonos envueltos en la profundidad de esta atmósfera tan llena de hermosura, quisiéramos ya contar con ese prometido tren invitándonos a disfrutar tan singular región, pero pasear en ese tren lo más seguro es que resulte prohibitivo por lo elevado de los pasajes, no al alcance de las grandes mayorías. Y no podrá ser de otra manera por su alto costo del mantenimiento, máxime en los primeros años de que entre en operación: requerirá de enormes subsidios, como ha sucedido en numerosos casos llegando al extremo de preferir dejarlos abandonados por incosteables. Sin embargo, dada tanta belleza, tanto interés por la cultura maya, bien se puede enfocar a éstas la inversión y con menos de la mitad que costaría solo el tren, muy bien se puede crear una fuente de trabajo que absorberá miles de trabajadores dedicados a rescatarlas de la tierra y vegetación que ocultan las ruinas dejándolas listas para la contemplación de turistas y para el estudio de los aficionados, además de haber cambiado la suerte de miles de familias, principalmente de la región. Si tomamos como referencia lo que cuesta el pasaje en el tren de la Barranca del Cobre, en Chihuahua que va de 5,000 a más de 9,000 pesos, dependiendo si viaja en primera o en segunda clase. Por otro lado existen numerosos ejemplos de trenes regionales que no han tenido éxito, por varias razones: los gobiernos no han resistido el mantenimiento y la afluencia de pasaje durante los primeros años ha resultado insuficiente. Su construcción se está calculando en casi novecientos millones de pesos y que corre el riesgo de acabar en un elefante blanco.

Si porque ya fue aprobado por los ciudadanos, López Obrador se sale con la suya tendrá que inyectarle mucho dinero vía subsidios durante años mientras nacionales y extranjeros lo prefieren para desplazarse por la zona, su mantenimiento será excesivamente costoso que pagaremos los mexicanos vía impuestos. 

Se entiende la preocupación de Andrés Manuel, en sacar de la miseria a toda la zona Maya, pero ¿por qué no insistir en descubrir a los miles de ruinas  cobijadas bajo el manto de la selva a través de centurias, con menos de la mitad del costo del tren y que las harán lucir en todo su esplendor? En estas, labores posiblemente hasta encontrarán trabajo algunos miles de migrantes. ¿No cree usted?

Dr. Arturo Aguilar