A 100 DÍAS:

SE PRESUME NUEVA MANERA DE GOBERNAR, PERO LAS FORMAS IDÉNTICAS

Manuel López Obrador, a 3 meses al cargo, asegura que lleva una nueva forma de gobernar, pero siguen: los excesos de discurso demagogo, el abuso hacia la gente necesitada que no ve cambio en su economía y a cambio recibe falsas promesas. Para colmo, se han pagado del erario, proyectos proselitistas-clientelares para mejorar su imagen como autor de la transformación en el país. Sin embargo, a la fecha solo se ha quedado en palabras que no checan con los hechos.

Por citar algunos. El combate al “huachicoleo”. Se presume acabar con el robo a combustible pero cerrar ductos solo sirvió para justificar la compra de pipas a muy alto precio, sin normas adecuadas de seguridad para transportar la gasolina. Y dejó más de 100 muertos en Hidalgo en una explosión, sin que hasta la fecha se haya erradicado el problema o solucionado la corrupción dentro de: PEMEX, gasolineras e intermediarios involucrados.

Las hoy fallidas promesas de antaño aparecen de nuevo, de forma monopólica en discursos matutinos, por cierto, que duermen a muchos y hasta sus colaboradores, las fotos lo demuestran, por la lentitud y largas pausas que tiene para hablar. Para hacerle creer a la gente que con palabras se gobierna. Conste que no es lo mismo gobernar a la CDMX que a toda la nación.

Pasionalmente exige en el discurso a burócratas que deben trabajar 16 horas diarias porque se está formando la revolución, pero les prohíbe informar a la prensa de sus labores. ¿O será que no se ha realizado lo que les compete por falta de recursos, debido a la austeridad y falta de gente idónea en los cargos? Acapara medios, en su afán de trascender personalmente, supone marcar diferencias con un método copiado y de seguir así, podría afectar su salud que se rumoró antes era delicada.

Hasta se ve como adolescente sobreprotegido, que con el hecho de ir y venir a la escuela, ya se cumplió, no comprende que para aprobar el grado, además de estudiar, debe hacer la tarea y su aprendizaje aplicarlo para mejorar, logrando autosuficiencia y salir adelante. El hoy funcionario a cargo de la presidencia supone que con discursos, repartir dinero por todos lados y ordenar cambios a la constitución, la economía y el desarrollo de México por obra de magia se dará solo porque lo dice. 

Gobernar un país no es viajar repetidamente a los estados del país cada que se le ocurre, sólo para hacer proselitismo y aumentar el número de adeptos con falsas promesas. Sino dar servicio y resolver los problemas que enfrenta cada región por años, no jugar con las ilusiones de los desprotegidos, engañándolos, al afirmar que una sola persona cambiará todo. Menos si hay un gabinete con personas parte de la mafia que tanto se criticó, y en la que sus hechos registrados en la historia los marcaron por abusar del poder y hoy fueron premiados con cargos públicos inadecuadamente. 

Sobre el aeropuerto internacional se tomó la errónea decisión de parar la obra que daba fuentes de trabajo en la construcción y lograría más en la operación; mejoraría la movilidad en vuelos nacionales e internacionales y generaría ingresos que recuperaran el gasto; pero el presidente aseguró que fue infructuoso, pero cancelarlo fue más. Para colmo hoy los mexicanos deben pagar por haberlo detenido. 

Se presume una campaña de austeridad, liberación de fondos y aseguran que no aumentarán los impuestos, incluso que ya no habrá gasolinazos. A saber. Basta irse a los hechos, en 2 meses hubo doble incremento de gasolina, justificándolo con ajustes de regulación, más la carencia injustificada por combatir su falsa campaña de corrupción, como los comerciales que dicen ya no hay abuso de diputados y senadores, cómo, se subieron el sueldo recién llegando al cargo, o sea “atole con el dedo”.

Seguiré en la próxima, si me lo permiten. Aquí lo importante no es repasar los 100 días, sino lo que ustedes opinan, la ciudadanía hoy gobierna el mismo presidente lo dice ¿Será cierto o solo será parte de otro ardid publicitario como en antaño para seguir con la farsa de una cuarta transformación? 

Lic. Julieta Camacho Ríos.