LA GRAN PREGUNTA SOBRE LA IDEOLOGIA DE GÉNERO

Señor Director:

Remito este artículo de opinión para su publicación si lo considera oportuno. Lo puede resumir. Se permite la reproducción total o parcial de este artículo citando al autor y a este Foro.

¿Cómo es posible que una ideología anticientífica, antidemocrática, anti-humana, usurpadora de la responsabilidad de los padres en la educación de los hijos, antiliberal, aniquiladora de las libertades públicas y privadas, totalitaria, antijurídica, antinatural, mentirosa, y pervertidora del alma de los niños, como es la Ideología de Género, se esté imponiendo en el mundo cristiano occidental, Europa y América sobre todo, sin que se produzca una reacción colectiva generalizada para expulsarla del ordenamiento jurídico de las Naciones y de la Sociedad?

La Ideología de Género como ideología totalitaria, es el nuevo marxismo radical y revolucionario, que ha sustituido la lucha de clases por la lucha hombre-mujer y más en el fondo, por alterar la naturaleza del ser humano, diciéndole que toda persona puede elegir el sexo que quiera en la identificación de su personalidad.  

Esta ideología, hija del neo-marxismo y de la revolución sexual iniciada a finales del pasado siglo XX, se está imponiendo en Occidente por ahora de un modo imparable. Los Gobiernos de los países occidentales de Europa y América, rivalizan por imponerla en sus países, con lo que es más sorprendente: el apoyo democrático que consiguen de muchos que son sus militantes, simpatizantes y votantes, de los medios de comunicación que la difunden a mansalva y de los miles de lectores y de simples ciudadanos que disfrutan entregando su personalidad al placer de los más bajos instintos humanos.

Con esta perspectiva de bajeza moral aceptada y difundida ampliamente por todos los medios de comunicación en la que estamos inmersos en este principio del siglo XXI, puede decirse que el mundo civilizado -sobre todo el occidental- se está pervirtiendo de modo exponencial, se está volviendo loco al rechazar la verdad y entregar su vida a la mentira, al padre de la mentira.

Cuando el hombre pone su capricho, su orgullo y su comodidad por encima de la exigencia de la verdad, todo se tergiversa y se confunde: se deja de adorar a Dios, el único al que hay que dar gloria y se adoran las imágenes, el dinero, las apariencias y se acepta la opinión dominante que logra autoridad sobre los hombres. 

Esta tergiversación general se extiende a todos los dominios de la vida. Lo antinatural se torna normal. El hombre que vive contra la verdad vive también contra la naturaleza. Su fuerza creadora no se encamina ya hacia el bien, sino que se torna genialidad y refinamiento para el mal. 

La relación entre hombre y mujer, entre padres e hijos, se disuelve obstruyéndose así las fuentes de la vida. Ya no domina la vida sino la muerte: se establece una civilización de la muerte. Joseph Cardenal Ratzinger

Defender y difundir la verdad de Dios, del hombre, del mundo y de la vida, siempre será una tarea ardua, exigente y generalmente peligrosa porque molestará e irritará a los que defienden y difunden la mentira, pero vale la pena luchar por ella por sentido de la dignidad y afán de ayudar a otros a que no corrompan su vida.

Por eso me atrevo a continuación, a exponer lo que pienso acerca de la ideología de género, para evitar que su perversa expansión a la que estamos asistiendo, afecte irremisiblemente a tantas personas débiles que la aceptan sin pensar en sus terribles consecuencias.

Es anticientífica

Decir, como hace la ideología de género que el sexo recibido al nacer no importa, sino que lo importante es lo que una persona siente y quiere ser sexualmente, es una burda mentira en la que se basa esta ideología que es anticientífica por naturaleza, porque no verifica su afirmación en ningún caso, y nunca aporta ninguna prueba científica que demuestre este modo de pensar.

Es antidemocrática

Porque no admite disidencia alguna, es más, los partidarios de esta ideología, exigen el acatamiento total a sus principios, bajo pena de multa o cárcel para los que discrepen. Con ello eliminan la libertad de pensamiento y de expresión.

Es antihumana

Al no permitir controversia alguna, a su idea fundamental de que lo importante es el género, no el sexo biológico, se opone a la naturaleza humana compuesta de un  cuerpo animal sexuado y un alma espiritual constituida por la inteligencia para pensar, la voluntad para decidir libremente y los sentimientos.

Usurpadora de la voluntad de los padres en la educación de sus hijos.

Nadie duda de que los padres son los principales responsables en la educación de los hijos porque ellos los han engendrado y tienen la responsabilidad fundamental de cuidarlos, alimentarlos y educarlos para la vida. La ideología de género anula esa responsabilidad, para tratar de adoctrinarlos y educarlos según sus postulados desde el Estado, formando así personas títeres obedientes a la doctrina del género como premisa fundamental indiscutible, sin tener en cuenta la voluntad de los padres.

Es antiliberal

Es antiliberal, en el sentido de que, allá donde se impone, elimina las libertades humanas públicas y privadas de pensamiento, expresión, manifestación y asociación, bajo penas de multas y cárcel a quien se atreve a disentir de los principios y consecuencias que tal ideología produce en los seres humanos.

Es totalitaria

Como consecuencia lógica de lo anterior, al no permitir ninguna clase de disensión razonada, se presenta como totalitaria, aun cuando sus razonamientos falsos afirmen que sólo persiguen la discriminación, la discriminación de pensar de modo distinto.

Es antijurídica

Lo es, porque no solamente no permite discrepar de sus ideas, sino que incluso exige en el ordenamiento de sus leyes, el que cualquier ciudadano necesite demostrar que no disiente ni se opone a sus principios para no ser sancionado con penas económicas o de cárcel. Con lo cual invierte el derecho democrático de la presunción de inocencia para el presunto infractor, transformándolo en presunción de culpabilidad, obligando a la víctima a demostrar su inocencia en lugar de obligar al acusador a demostrar la carga de su acusación. 

Es antinatural

Al hacer del sexo una condición variable, secundaria, no obligatoria para el individuo, y dar preferencia a lo que los ideólogos de esta corriente llaman género, se consigue prescindir de la naturaleza humana sexuada con la que nacemos todas las personas, y atentar contra ella alterando el devenir natural de sus características. 

Es mentirosa

Porque los ideólogos de esta ideología o doctrina, no se molestan en demostrar sus ideas y principios, porque saben que mienten, que faltan a la verdad al exigir a todos los ciudadanos que piensen como ellos si quieren tener una vida normal, sin represalias ni sobresaltos producidos al disentir de su modo de pensar y actuar.

Es pervertidora del alma de los niños

En su afán por imponer su ideología a toda la sociedad, tanto a la actual como a la futura, procuran influir en la mente de los niños menores de edad que carecen del uso de razón suficientemente desarrollado para oponerse a sus enseñanzas, a los que les enseñan que pueden cambiar de sexo a voluntad, sin ningún motivo ni causa, simplemente por capricho, para averiguar qué se siente al hacerlo. 

Esto contradice y pasa por encima de la voluntad de los padres, sin tener en cuenta su responsabilidad, sus convicciones y sus deseos. El hecho de infundir esta posibilidad y ayudarles a desarrollarla en la práctica en el alma de los niños, confundiendo su inteligencia y dirigiendo su voluntad, se denomina perversión, manipulación, incitación al mal, a hacer algo que es falso y que les acarreará penosos sufrimientos psíquicos y morales en el futuro, cuando quieran reorientar su vida.

¿Cómo ha sido posible que una ideología de esta naturaleza, se esté imponiendo de forma acelerada, desde el comienzo del actual siglo XXI en el mundo occidental, antes cristiano y ahora secularizado profundamente sin que las personas e Instituciones estén reaccionando enérgicamente contra el grandísimo mal que ella supone?

Sin duda porque la mismas Instituciones Internacionales, ONU, OMS, EU, etc., están dominadas por otras Asociaciones y ONG que están influyendo y dirigiendo sus esfuerzos para que esta ideología triunfe en el mundo y se extienda cada vez más, a fin de que no aumente la población actual en el mundo (7.500 millones) y se ponga en peligro la teórica estabilidad poblacional de sus habitantes actuales. 

A ellas hay que añadir numerosas Fundaciones y ONG privadas que están siendo financiadas y subvencionadas por personajes relevantes del mundo financiero y la actitud generalizada de muchos periodistas, la prensa y tantos profesionales que prefieren seguir la corriente de lo políticamente impuesto desde el Poder, para mantener su puesto de trabajo y a veces, por propia convicción.

Para conseguirlo extienden y favorecen también con su dinero o su trabajo, la realización del execrable crimen del aborto, es decir, la muerte violenta del no nacido en el vientre de su madre, pensando que, “para que no haya más pobres en el mundo, lo mejor es que no nazcan”.

No nos equivoquemos, la culpa o la responsabilidad de la existencia del aborto y de la ideología de género la tenemos todos en mayor o menor medida, no unos cuantos, y sobre todo, la gran mayoría de los españoles y de los europeos y americanos que no viven la fe en Dios y no practican la Moral natural cristiana. Porque, preguntémonos: ¿cuántos o cuántas se abstienen del acto sexual hasta el matrimonio? o, ¿cuántos matrimonios canónicos, civiles o parejas de hecho viven su unión marital, abiertos a la vida? ¿Cuántos que se dicen católicos creyentes no son practicantes? Todos ellos votan a los Partidos que defienden el aborto y esa ideología, y esto lo saben los líderes y dirigentes políticos de esos Partidos, a la hora de transmitirnos sus falsas ideas y promesas.

Habrá que rezar mucho a Dios, encomendar intensamente a la Santísima Virgen María,  a la vez que ayudar a las personas de buen corazón y de buena voluntad que las hay- a que se conviertan y a que se den cuenta de lo que significa el aborto y esta ideología, para que esta pesadilla pase pronto, y nos decidamos todos a reaccionar para no estar callados y favorecer pasivamente su crecimiento que tantas víctimas está ya produciendo en el mundo.

Roberto Grao