CHIRIGOTEANDO

AMIGOS:

MÁS DE cuatro meses se han pasado de aquel negro día (18-I-19) en que les costó la vida a 137 personas entre mujeres, hombres y menores de edad en Tlalhuelilpan, estado de Hidalgo debido a una explosión del ducto de Pemex a causa de  una de las acciones del huachicoleo. Lo más grave, a mi juicio, es que a cuatro meses y medio de la tragedia esta es la bendita hora en que familiares de las víctimas no han recibido ningún apoyo por parte del gobierno federal quien les ofreció ayudarlos con los servicios funerarios y esclarecer de inmediato los hechos; sin embargo ni una ni otra cosa les ha llegado y mucho menos que alguna autoridad se les acerque. “Nos estamos organizando las familias para pedir la intervención del presidente Andrés Manuel López Obrador, pero si no hay respuesta vamos a tocar puertas de organismos internacionales. No queremos que esas muertes queden impunes” dijo Rigoberto Oropeza, hermano de uno de los muertos. “Vino la señora de López Obrador, el gobernador de Hidalgo. . .y ahora se avientan la bolita, que el gobierno federal, que no que es del estado” Dijo don Cayetano, padre de otra víctima.

NO ES poca cosa, por el contrario, es una de las más preocupantes del mundo entero, principalmente en países como México que, para decirlo en términos familiares, está ubicado dentro de una olla: es decir, nuestro gran valle está coronado de volcanes, altas sierras y cerros de todas las alturas, lo que impide que las corrientes del aire circulen por el valle limpiándolo de las partículas que lo enrarecen. Por esto, tres de los ambiciosos proyectos  del presidente, que a juicio de los que saben serán focos de la mayor contaminación quitan el sueño a la sociedad. Mientras que el gobierno asigna al Ejército casi 770 millones de pesos para reforestación en 19  entidades, tirarán más de 5 mil árboles para trazar el aéreo puerto de Santa Lucía. ¿Cuántos miles o millones de árboles serán sacrificados para trazar el tren maya? Y, ¿cuántas hectáreas de manglares han sido convertidas en terraplén para la refinería de Dos Bocas?. Está muy bien, que López Obrador sea un presidente de “me canso ganso” y ni un paso atrás, pero no en aquellas decisiones que además de no ser prioritarias causen daños irreversibles a la muy deteriorada naturaleza mexicana, por su alto impacto ambiental.

ME DA LA IMPRESIÓN de que nuestro presidente no se ha dado por enterado del grave peligro que representa para los centros turísticos en el Mar Caribe: éstos son considerados como de los más bellos y más visitados por turistas de casi todo el orbe y que gracias a ello han encontrado miles de personas, brillantes oportunidades y, en menos de 50 años se han convertido en polos de extraordinario desarrollo económico, turístico, social, cultural, paraíso en muchos sentidos para propios y extraños. Todo lo que se pueda decir de estos centros de diversiones resulta poco comparado con la realidad. 

LA PLAGA de sargazo con más de cuatro años de haber iniciado no han podido, por lo menos, controlarlo qué de menos que logren acabarlo; por el contrario, día a día aumenta más este serio problema, que de no prestarle la debida atención tanto el gobierno federal, estatal, municipal y de manera muy eficiente los hoteleros y otros prestadores de servicios, simplemente  el esplendor de Cancún y de Playa del Carmen, pronto pasaran en la escala de los recuerdos. En estos meses la afluencia turística se ha dejado sentir con relativo rigor y nos dicen que muchas personas ni siquiera se metieron al mar por el asco que produce la incontrolable plaga  de sargazo. Yo fui en 2017 y ya materialmente era muy incómodo permanecer en las playas.  Mientras tanto SI QUEREMOS LA PAZ TRABAJEMOS Y OREMOS POR LA JUSTICIA y hasta la próxima chirigoteada amigos. [email protected]