TIERRA Y LIBERTAR

TIERRA PARA SEMBRARLA Y LIBERTAD PARA FUMARLA. 

Nuestra gratitud a la escritora Rusia MacGregor por su mensaje: “Este México nuestro tan lleno de historia, de triunfos, de pérdidas, de grandeza y de mexicanos de toda clase.

¿Qué ha cambiado?

Nada. Sólo fechas y nombres.

La historia se repite como cuando las campanas de la iglesia llaman a misa que si quieres vas o haces como que no las oíste.

Me acordé de algo que sacaron hace muchos años respecto a la frase de "Tierra y Libertad" y decían: "Tierra para sembrarla y libertad para fumarla". Ese es nuestro pueblo”. 

El día primero de septiembre el actual jefe del ejecutivo nos informará cómo vamos.

Por eso, nosotros, luego de la clase de historia y civismo del colega José Antonio Aspiros Villagómez que instruye  sobre  lo que originó el asesinato del Caudillo del Sur, presentamos la aspiración del morelense.

Emiliano Zapata nació en el estado de Morelos, México,  en 1879 y falleció asesinado a balazos en 1919. 

Sus principios estuvieron basados en la búsqueda de la justicia social, la igualdad, la libertad y la democracia.

Así lo quiere para los mexicanos el señor de las mañaneras. Y que, como Benito Juárez, hoy  vive en Palacio Nacional:

Lo indispensable es que todos nos sintamos resueltos a defender el interés común y a rescatar la parte de soberanía que se nos arrebata.

Emiliano fue como general uno de los líderes militares más importantes durante el periodo de la Revolución Mexicana.

Como Francisco Villa.  

Villa y Zapata entraron  juntos a caballo con sus hombres al zócalo de la ciudad de México en 1914.

Con el apoyo del pueblo. 

Como el actual que sostiene: “El pueblo pone. El pueblo quita. Porque el pueblo manda”.

Así mismo Zapata, ha sido considerado todo un ícono del movimiento de la lucha campesina con su famoso lema  ¡Tierra y Libertad! 

Luego del compendio que nos narró José Antonio Aspiros Villagómez  te presentamos  frases célebres.

Tierra y libertad.

La tierra es para quien la trabaja

El que quiera ser águila que vuele, el que quiera ser gusano que se arrastre pero que no grite cuando lo pisen.

El burgués, no conforme con poseer grandes tesoros de los que nadie participa en su insaciable avaricia, roba el producto de su trabajo al obrero y al peón.

Quiero morir como esclavo de los principios, no de los hombres.

La ignorancia y el oscurantismo en todos los tiempos no han producido más que rebaños de esclavos para la tiranía.

Muchos de ellos, por complacer a tiranos, por un puñado de monedas o por cohecho o soborno traicionan y derraman la sangre de sus hermanos.

Si no hay justicia para el pueblo, que no haya paz para el gobierno.

Ruego a usted y a todos sus secuaces se dirijan a la cabeza y no a los pies para arreglos de paz.

Aguardamos la hora decisiva, el momento preciso en que los pueblos se hunden o se salvan.

¡Libertad, Justicia y Ley!

A mí me persiguen por el delito de querer que coman los que siempre han tenido hambre.

Mejor morir de pie que vivir toda una vida arrodillado.

Somos partidarios de los principios y no de los hombres.

La paz sólo puede restablecerse en  base a la justicia, por palanca y sostén la libertad y el derecho y por cúpula de ese edificio, la reforma y el bienestar social.

Cierto. Tienen razón.

Lo indispensable es que todos nos sintamos resueltos a defender el interés común y a rescatar la parte de soberanía que se nos arrebata.

Y aún tenemos de otros. De Juárez, por ejemplo.

Con calma y nos amanecemos, nos diría quien ya saben.

Carlos Ravelo Galindo

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