LA MEJOR MANERA DE SER PATRIOTA

En el mes de septiembre estamos en plena época de fiestas patrias, llenas de banderitas tricolores, música, mariachis y demás elementos que nos recuerdan la alegría propia de un mexicano; y no se diga el mero día del grito, cuando a todos nosotros se nos sale unánimemente un: ¡que viva México! ¡Ah!, y si el mexicano en cuestión es un joven, ¡uf!, pues con mucha más razón, ya que en la etapa donde el ser humano tiene plena energía física y quiere comerse el mundo a puños. No obstante, existe un aspecto en nuestra cultura sobre el cual no nos hemos destacado del todo: el testimonio de vida cristiana. ¡Sí, así es!, el tomarse en serio los valores del Evangelio no es cosa sólo de , sino de gente con corazón grande y sensible al dolor ajeno.

Ya sé, tal vez pienses que esto que estamos diciendo no tiene razón de ser en una revista para jóvenes, pero ¡créeme!, tiene mucho sentido. ¿Por qué?, simplemente porque a los jóvenes no los satisface el mundo como lo vemos día a día: crímenes, violencia, inestabilidad económica, política y social, etc.; solo que, en ocasiones, esa insatisfacción no se traduce en actos concretos de bondad hacia los demás. Es fácil sólo criticar la situación, pero ya no resulta tan fácil afrontarla y hacer algo por cambiarla. Pero ¿sabes?, sí han existido jóvenes capaces de entregar su vida, saliendo de la mediocridad del mundo. Un ejemplo lo tenemos en los santos mártires mexicanos.

Es interesante saber cómo en los momentos más difíciles de nuestro país han sido los santos quienes han dado la cara por su fe y su patria hasta entregar la propia vida. Solamente enuncio un par de ejemplos: David Roldán y Salvador Lara. Eran jóvenes zacatecanos, inquietos y tesoneros, cuyas vidas estuvieron entrelazadas por el amor a su país y a su fe. Ambos formaron parte de la Liga Nacional de la Defensa de la Libertad Religiosa, así como de la Acción Católica. El 15 de agosto de 1926, apenas unos cuantos días después de haberse suspendido el culto público, ambos fueron capaces de gritar: ante un pelotón de fusilamiento, hasta tal punto que sus verdugos, al constatar el heroísmo de Salvador, dijeron: <¡Qué lástima haber matado a este hombre tan grande y tan fuerte!>

En el momento de su martirio, David tenía 19 años y Salvador iba a cumplir los 21.

Dos cosas podemos destacar: Primero, que los jóvenes son capaces de reaccionar ante un ambiente hostil a su fe y de organizarse para defender la verdad. Tú solo, es muy seguro que no puedas hacer gran cosa; sin embargo, puedes organizarte con otros chavos, por ejemplo, para defender la vida del no-nacido, tal como lo hacen los miembros de . Segundo, que los jóvenes son capaces de dar su propia vida por defender lo que creen. Si la iglesia ha crecido a los largo de la historia se ha debido al testimonio heroico de sus miembros, consciente de que (Tertuliano).

Por eso, la mejor manera de amar a tu patria es entregando tu vida por ella, pero al estilo cristiano: dando testimonio heroico de vida evangélica en medio del mundo. Tal vez te critiquen por eso y te digan que eres , , y un sinfín de expresiones parecidas; pero no temas: el Señor Jesús ha vencido al mundo (confrontar Juan 16,33). Por algo San Juan, el más joven de los apóstoles, llegó a decir: (1 Juan 2,14).