EDUCACIÓN SIN VALORES

EDUCAR SIN VALORES INCREMENTA LOS ABUSOS SOCIALES Y LA INDOLENCIA GUBERNAMENTAL

Hola don Armando, equipo de ECOS y asiduos lectores. Considero indispensable seguir analizando lo que afecta a nuestro país, a un año de la disque “nueva” administración. Se habla de una era de cambio y se intenta dar reconocimiento en México a un hombre que se dice presidente, pero que no preside con hechos, salvaguardar los derechos de los ciudadanos de forma incluyente, solo se limita a predicar sin dar el ejemplo.

Excluye, descalifica, divide, es su política pública, que por supuesto, no reduce ni el abuso, ni la discriminación social. Su actitud favorita: echar la culpa a otros y así justificar la ineptitud que no resuelve tantos problemas para bien de México y no solo para el bien de unos cuates, digo unos cuantos. 

Ignora las obligaciones que confiere su puesto, no le cae el veinte de lo que significa ser máximo jefe de Estado, o sea, bien administrar el erario para cumplirle a todos los ciudadanos con hechos, sin falsas promesas. Tal vez, a un año de su nombramiento, sigue extasiado de contento por haber llegado a la silla presidencial, tras años de perseguirla y como que no se la cree y por eso no la asume y hace lo propio. 

Diario por las mañanas, se disfraza de vocero gubernamental, o juega a ser famoso “influencer” para ganar audiencia, seguidores. En lenguaje electorero, votantes. Como antaño, interpreta a modo, su labor sólo para captar fans, eludiendo su responsabilidad de servir a los mexicanos con quienes tiene una obligación jurada, de tomar decisiones certeras y erradicar problemas y no sólo escudarse en vanas promesas.

Ante esta actitud agotadora sólo de espectáculo, coinciden muchos, no es de extrañarse que las reacciones del sector mayoritario hoy más vulnerable y tan violentado, ignorado y disminuido. Tome las riendas de la desperdigada opinión pública, y de forma apasionada y violenta, salga a la calle y le grite al desgobierno, que defienda sus derechos robados para gestar el verdadero cambio con acciones justas e inmediatas. 

Ese cambio que debiera como antes, iniciar en los hogares, hoy muchos rotos, gestando valores; seguido en escuelas, reafirmándolos con formación académica; y el aprendizaje aplicarlo con participación en instituciones de gobierno, hoy desaparecidas a capricho, por no haberlas saneado simplemente. Permitiría que autoridades y ciudadanos, conjuntamente, siguieran impulsando el orden y avance en la economía y desarrollo social y cultural del México tan admirado en el mundo, y hoy reducido en mal plan, por sólo la copiosa lucha de poder y no de clases sociales, como la presidencia quiere hacer ver sin solucionar nada.

A través de los años, la mujer ha sido dirigente de movimientos importantes lidiado con épocas difíciles. Han sido: abuelas, madres, esposas, hijas, amantes, amas de casa; obreras, empleadas, empresarias, campesinas, profesionistas, activistas, funcionarias (Con diversos roles, a veces, en una sola vida), quienes han despertado conciencia social con sus demandas para lograr mejoras en general. Han salido adelante primero como mujeres y luego seguir siendo apoyo importante en la vida de muchos hombres: hijos, hermanos, padres, parientes, vecinos, subalternos, colegas y jefes, para cocrear sus vidas sin problema.

La lucha de la mujer. que quede claro, no es contra “ellos”, los hombres. Que no los confundan los medios desinformativos. Su lucha es por su supervivencia amenazada hoy por: la opresión, la descalificación y la disminución de su desarrollo personal, cultural y social. Pese a su condición de madre que engendra vida en su cuerpo y la convierte en un ser extraordinario, hoy es irrespetada por “nulos compañeros”, que, en lugar de defenderla, protegerla e impulsarla, como pocos lo hacen. En banda y ventajosamente, se le degrada, la explotan y violentan, con ayuda de autoridades ausentes, sordas e indolentes.  

Manejar el problema de la mujer en el siglo XXI, tipificándola como objeto de uso invisible, bajo una autoridad mediocre, raya en actitud enfermiza-machista, tolerada por padres que así lo aprendieron y transmitieron. Sin trascender en un mundo globalizado, que le exige injustamente doble o triple jornada en el trabajo y en el hogar. Ignorando sus demandas, abandonando su casa y su causa. Violentándola también de este modo. 

Datos duros reflejan la gravedad del problema al indicar crímenes continuos e impunes a más de 3 mil mujeres en México en lo que va del año, según estadísticas que evidencian hechos pero no sirven para resolver la situación solapada por funcionarios que no funcionan dentro del gobierno.

¿Cómo es posible que siga sucediendo a nivel mundial? Y el colmo, que entidades religiosas que debieran orientar, guiar, apoyar y educar, también impongan récord contra el género femenino, cometiendo aberrantes actos contra sus hijos menores. Baste febrero de este año, para sumar más de 500 casos denunciados de abuso sexual infantil cometidos por sacerdotes. Lo increíble que el gobierno, no haga nada al respecto.

Si usted tolera estas cosas, por qué se espanta de los gritos y destrucción de monumentos históricos a manos de pseudo feministas, o infiltradas por mismo gobierno. Ya que los “nuevos funcionarios”, se ocupan más en repartir el presupuesto; que en destinarlo a cubrir servicios rezagados por años o para implementar estrategias que eviten más desgracia en familias, donde las mujeres son carne de cañón de grupos criminales dentro y fuera del gobierno, por la gran impunidad y corrupción que hoy impera en la ¿“Justicia”?

¿Con lo que pasa ahora, crees que ignorando las demandas femeninas las cosas cambiarán? Sería bueno que observes con detalle lo que se solicita y por qué. Y veas como el mal gobierno y ciertos varones en la sociedad en su lucha de poder, se ciegan para obtener dinero y con el más poder, para lograr más ganancias que desvían, sin resolver las justas demandas pendientes de años, tirando por la borda el arduo trabajo de miles de mujeres que hacen funcionar la economía, sus hogares y el mundo académico. Pese a la indiferencia y el abuso que parecen eternos. ¿Hasta cuándo se comprenderá que sin educación integral y defensa de derechos, no habrá un verdadero impulso que detone el cambio en México?