LAMENTABLE Y MUY PREOCUPANTE FUTURO

Es, por demás lamentable que, este país, a más de un año del nuevo gobierno federal, no cuente con oposición fuerte, capaz de evitar que el gobierno en funciones siempre salga con las suyas: esta no es la mejor manera de gobernar a una nación que aspira a tutearse con las grandes potencias. Que aspira también, a la igualdad entre todos los que somos hermanos por nacimiento, a la erradicación de las clases marginadas y discriminadas, hasta por los mismos paisanos; en suma, acabar de cuajo con la pobreza lacerante, pero como vamos, después del primer año + 2 meses, no se ve que López Obrador marche decididamente en la solución de este imperdonable retraso social, existente desde siempre, pero que en las recientes décadas se ha agudizado. 

Peña Nieto y su gente se propusieron saquear los recursos públicos; AMLO se propone a repartir dinero público de donde lo haya y sin medir los costos. Otra característica de este gobierno ha sido el mal trato y hostigamiento de los titulares de instituciones de nuestra precaria democracia: el INE, la CNDH, el INAI, la CRE; la intimidación a los medios y periodistas críticos, y una permanente descalificación a los organismos de la sociedad civil que, ante el debilitamiento de los otros poderes, cumplen un papel relevante en la evaluación del desempeño público. El estancamiento económico es producto de malas condiciones externas, pero sobre todo, de decisiones y políticas incoherentes que generan incertidumbre. Sin embargo, el presidente asegura que más importante que el crecimiento es el bienestar y que hoy millones de personas reciben recursos públicos para vivir mejor: adultos mayores, discapacitados, jóvenes desempleados. No obstante, el estancamiento económico y fiscal generará una crisis de impactos inciertos.

Las buenas decisiones de don Andrés Manuel, son pocas, pero muy simbólicas: la austeridad gubernamental, la cancelación de las pensiones para los expresidentes, la subasta de aviones y vehículos del gobierno. De bien poco le sirve al país un gobierno austero y honesto pero que no entiende que sin crecimiento lo único que repartirá será pobreza. ¿Hacia dónde nos dirigimos con un presidente que concentra tanto poder, y cuyo proyecto de país mira hacia el pasado, no al futuro? El estado que guarda la administración pública es preocupante, y puede tornarse crítico.

Pablo Gómez Tarso