EL CAMBIO

Por experiencia propia, estoy seguro que no hay quien ignore que todo cambio es obra de los máximos esfuerzos, de mucha paciencia y, sobre todo, de mucha fe, compromiso absoluto, seriedad del líder que intente lanzarse a la gran aventura que significa una agenda de  esta naturaleza. Cambiar ideologías, hábitos, creencias, costumbres, etc., es hazaña de titanes. Pero tal vez, si ese cambio en construcción viene cargado de solidas reformas y hechos reales en favor de ignorantes y letrados; de pobres y de ricos; de industriales y campesinos; de amas de casa y profesionales: en suma, de los diversos sectores de todo el pueblo mexicano y, si adicionalmente, el promotor, desde el primer momento produce resultados positivos; es posible que, aunque lento, pero sin pausa, ese cambio inicie a dar frutos.

Más, si desafortunadamente,  en lugar de lo anterior el líder carece de claridad en sus conceptos, en sus directrices, firmeza en sus propósitos; y por si no fuera suficiente le da por dividir a la sociedad, insultar casi a diario a sus presuntos adversarios, por desaparecer instituciones por caras y corruptas (la primera en desaparecer seria su partido y varios miembros de su gabinete), y se empecina en obras innecesarias y no redituables. 

Para colmo de males rechaza las fuerzas productivas del país; a la prensa nacional la acusa de enemiga porque le señala su intención de llevar al país al chavismo de Venezuela. Estas y otras acciones han provocado en la ciudadanía: decepción, frustración colectivas que derivan  en plantones de protesta, en ríos de tinta en los medios seguramente porque el andamiaje sobre el que fue construido este cambio  estuvo basado en simulaciones, falsedades, simbolismos, engaños y en  mentiras. 

Por todos los vehículos al alcance de las masas, éstas, en vez de participar al cambio prometido, las anima actitudes de rechazo y de creciente descontento. Por si no fuera suficiente lo anterior, hace algunas semanas, a nivel nacional, se inició el movimiento FRENAA (Frente Nacional Anti AMLO) , y, para este sábado 27, los organizadores esperan mayores cifras de participantes en más de 125 ciudades mexicanas exigiendo la renuncia del líder. El líder que pide frecuentemente: “No mentir. No engañar. No Robar”. “Tengan confianza, nosotros somos incapaces de engañar”. Tengamos siempre muy  presente que los cambios que México necesita con la mayor urgencia no va a llegarnos de políticos tendenciosos; esos cambios la sociedad y las instituciones no gubernamentales -ONG's- serán las artífices de los requeridos. 

Por Pablo Gómez Tarso