EN LAS NUBES 

Carlos Ravelo Galindo, afirma: 

EL PROYECTO COMO NOS DIJO

Dicho proyecto se someterá a votación en el Pleno de la SCJN el 1 de octubre. Para su aprobación o rechazo.

El ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, licenciado Luis María Aguilar, propone en su proyecto que la solicitud de consulta popular para llevar a cabo el juicio a los últimos expresidentes de México se declare como inconstitucional, ya que considera que conlleva a una restricción de los derechos humanos de las personas. 

El pasado 15 de septiembre el senado de la República presentó la petición ciudadana para enjuiciar a los mandatarios federales que gobernaron desde 1988 hasta 2018.

Al comunicar el ex presidente del Poder Judicial de la Federación al máximo tribunal del país su proyecto, la Suprema Corte, informó:

“Una vez delimitado lo anterior, esta Suprema Corte de Justicia de la Nación considera que el objeto de la consulta popular debe considerarse inconstitucional, pues la materia que se solicita consultar, de acuerdo a su diseño y contenido, conlleva en sí una restricción de los derechos humanos de las mexicanas y mexicanos y una afectación a las garantías para su protección, al condicionar su efectividad y ejecución al resultado de ese mecanismo participativo; desnaturaliza con ello su propósito y finalidad”, se detalla en el documento.

A propósito de los memes surgidos por el tema nos acaba de llegar la noticia que la Real Academia De la Lengua Española, acaba de aceptar que los “memes” son un verbo irreflexivo: meme ar.

De modo que quienes los utilizan con frecuencia deben tomar en cuenta estos ejemplos clásicos:

Yo memeo, tu memeas, él memea. Nosotros memeamos. Vosotros memeais y ellos memean.

Luego de esta inflexión gramatical, pasemos también a la práctica.

Nos entendemos.

Del accidentado retorno nos platica nuestro colega Fernando Alberto Irala Burgos. Y tiene razón.

Así nos los explica.

Pese a los esfuerzos por superar el confinamiento y retornar a una “nueva normalidad”, la fuerza del virus y la necedad de la realidad se imponen, en nuestro país y en el mundo.

Algunas entidades que habían sido catalogadas en semáforo epidemiológico naranja se han retrotraído nuevamente al color rojo.

Incluso la capital de la República permanece desde hace ya tres semanas pasmada, sin que los contagios se incrementen pero sin que tampoco bajen significativamente.

En torno al tema los gobiernos estatales y el federal intercambian acusaciones y se achacan fallas en estrategias y cifras reportadas.

Además de errores y conflictos gubernamentales, también es notable que mucha gente sale a la calle, probablemente por necesidad, pero sin guardar las elementales precauciones que ya todos nos sabemos de memoria.

El l colmo son quienes insisten en llevar a cabo fiestas y celebraciones.

De ahí que, con sesenta mil decesos, México es ya el cuarto país con mayor número de muertes en el mundo por la pandemia.

La imposibilidad hasta ahora vista de abatir el ritmo de propagación viral hace suponer a los expertos que, en el supuesto de que efectivamente se reduzca la epidemia, en el territorio nacional la cifra fúnebre llegará por lo menos al doble, y probablemente sea más alta aún.

Aunada a la terrible pérdida de vidas, este largo tramo ha producido daños todavía no bien ponderados en la economía, la producción y el empleo, y ha provocado un empobrecimiento acelerado y generalizado en amplios sectores de la población, de muy graves consecuencias.

En torno al tema los gobiernos estatales y el federal intercambian acusaciones y se achacan fallas en estrategias y cifras reportadas.

Además de errores y conflictos gubernamentales, también es notable que mucha gente sale a la calle, probablemente por necesidad, pero sin guardar las elementales precauciones que ya todos nos sabemos de memoria.

El colmo quienes insisten en llevar a cabo fiestas y celebraciones.

Y decir que no hay libertad de prensa. Es muy humano. A poco no.

De ahí que, al aproximarse a los cuarenta mil decesos, México es ya el cuarto país con mayor número de muertes en el mundo por la pandemia.

La imposibilidad hasta ahora vista de abatir el ritmo de propagación viral hace suponer a los expertos que, en el supuesto de que efectivamente se reduzca la epidemia, en el territorio nacional la cifra fúnebre llegará por lo menos al doble, y probablemente sea más alta aún.

Aunada a la terrible pérdida de vidas, este largo tramo ha producido daños todavía no bien ponderados en la economía, la producción y el empleo, y ha provocado un empobrecimiento acelerado y generalizado en amplios sectores de la población, de muy graves consecuencias.

Por si todo ello no fuera suficiente, quienes siguen tan campantes son quienes se dedican al crimen organizado. En este tiempo es muy probable que incluso hayan incrementado su control en las zonas donde reinan, pues no ha remitido el nivel de muerte y violencia que producen.

Tal es el panorama que nos espera, en este accidentado retorno de los sobrevivientes del confinamiento. 

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