*Carta del Padre Caro a AMLO*

Muy estimado Señor Presidente Andres Manuel Lopez Obrador:

La verdad no sé si este mensaje pueda llegar hasta usted. Ruego a Dios que así sea y que este medio sea adapto a este fin.

Permítame presentarme: Soy el padre Ernesto María Caro, soy mexicano, amo a mi país y como pastor, me siento obligado, siguiendo el ejemplo de Cristo, a ir en pos de la oveja que se ha alejado del rebaño para evitar que perezca en las fauces del Lobo.

La Sagrada Escritura nos dice en Ezequiel 3,18-19:

«18 Cuando yo diga al impío: “Ciertamente morirás”, si no le adviertes, si no hablas para advertir al impío de su mal camino a fin de que viva, ese impío morirá por su iniquidad, pero yo demandaré su sangre de tu mano. 19 Pero si tú has advertido al impío, y éste no se aparta de su impiedad ni de su camino impío, morirá él por su iniquidad, pero tú habrás librado tu vida. »

Muy estimado hermano, veo que el camino que ha tomado, según se muestra en lo que dice y hace, lo están conduciendo a una eternidad lejos de Dios. Sus acciones no son agradables a Dios ya que, lejos de ayudar a que el pueblo de México pueda regresar al VERDADERO DIOS POR QUIEN SE VIVE, lo que usted hace y dice lo aleja cada día más. Esto delante de Dios es grave. Muy grave. Esto es porque los que dirigimos al pueblo somos el instrumento para responder por el bienestar que ellos piden a Dios. Cuando el Pueblo reza el Padrenuestro, y dice "danos hoy nuestro pan", no espera que caiga del cielo, sino de la posibilidad de encontrar un empleo que le permita que haya pan en su mesa. Sin embargo, sus decisiones, lejos de ayudar a esto, hacen que el pueblo sufra. Lo mismo cuando dice: "líbranos del mal", el cristiano espera que haya quien vea que este "mal" no llegue a su vida convertido en robo y asesinatos. Sin embargo no parece haber respuesta pues ambas cosas continúan creciendo en nuestro entorno porque no hay acciones que las contengan.

Nuestro Señor le dice a Santa Catalina de Siena:

«El daño que se ocasiona al prójimo llega hasta la crueldad, no solamente por no darle ejemplo de virtud sino por hacer el oficio del demonio, al apartarlo de la virtud y conducirlo al vicio. O bien, por su codicia, cuando no sólo no lo socorre, sino que hasta le quita lo que le pertenece, robando a los pobres. Otras hace un daño brutal a su prójimo cuando abusa de su poder, cuando le engaña y estafa, cuando le dice palabras injuriosas, cuando se muestra soberbio, cuando le trata injustamente...» Santa Catalina de Sienna - El dialogo

Si usted medita estas palabras se dará cuenta que es verdad lo que le digo y que es necesario cambiar de ruta.

He tenido el atrevimiento de preparar este mensaje porque en repetidas ocasiones usted se presenta como cristiano, incluso mostrando devociones católicas y citando al Papa.

No ponga en riesgo su salvación eterna ni la de todos los que le obedecen ciegamente sin darse cuanta (espero), de que ellos también terminarán en las fauces del León. Recuerde que será juzgado por Dios en virtud del bien o el mal que haya infringido o permitido que se haga en contra del pueblo de Dios, el cual no está formado únicamente por los pobres, sino por todos los bautizados. Usted podrá engañar a todos con sus discursos, pero a Dios no. Dios conoce su corazón.

Que el Espirito Santo le dé su luz para que recapacite y cambie la dirección de su vida y de sus acciones y no permita que el mal y la maldad se sigan extendiendo en el nuestro País y pueda así salvar su alma.

Lo saludo y le mando mi bendición.

P. Ernesto María Caro