Más que alarmante, es una prioridad imperiosa. Es un hecho indiscutible que, el calentamiento global. En México y en otros países ha ocasionado estragos muy severos: pérdidas de vidas, cuantiosas pérdidas materiales y ha erosionado terriblemente el medio ambiente. Por eso aplaudo con entusiasmo al secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres. Él pidió el pasado jueves 16 en Ginebra “reducciones inmediatas, rápidas y a gran escala de las emisiones de gases con efecto invernadero para frenar el calentamiento global y evitar un desastre climático y advirtió a los gobiernos que el cambio climático está avanzando más rápido de lo previsto y que las emisiones de combustibles fósiles ya se han recuperado del desplome por la pandemia de covid-19. Guterres dijo también que el clima extremo registrado recientemente desde el huracán Ida en Estados Unidos a las inundaciones en Europa occidental y la letal ola de calor en el Pacifico noroccidental mostro que ningún país está a salvo de los desastres relacionados con el clima. Estos cambios son solo el principio de lo peor que está por venir. Pidió a los gobiernos que cumplan los objetivos del Acuerdo de Paris de 2015”. 

Guterres “A menos que haya reducciones inmediatas, rápidas y a gran escala de las emisiones de gases con efecto invernadero, no podemos limitar el calentamiento global a 1.5 grados centígrados. Las consecuencias serán catastróficas”. Por otro lado, seis agencias de la ONU y organizaciones científicas se basaron en investigaciones ya existen para afirmar que hay una relación directa entre las emisiones provocadas por el hombre, el récord de temperaturas y los desastres, que tienen un impacto tangible en las personas y sociedades. Agregaron, debido a los efectos de larga duración de muchas de las emisiones ya liberadas a la atmósfera, los futuros impactos son inevitables.  

Pablo Gómez Tarso