AHORA, MAS QUE NUNCA DEBEMOS TENER LA RESPONSABILIDAD FRENTE A LA NACION

México reclama a cada ciudadano su participación en todo momento, pero en estos tiempos de prueba y de gran incertidumbre con mayor razón. Hasta donde tengo memoria, nunca habíamos tenido un gobierno que, con el pretexto del cambio lograra la total polarización de los mexicanos, a partir de constantes insultos y desaprobar a todo lo anterior al 2018 y ubicar a gobiernos anteriores como la causa única, de todas las calamidades actuales de este país. Total, lo que quiero decir es: que el palpable y generalizado desencanto en contra del populismo autoritario debemos convertirlo en votos. Esta es la única manera de lograr el deseado cambio a partir de las elecciones presidenciales del 2024. 

El desengaño cunde, pues gran parte de los 30 millones de votos que le dieron el triunfo a López Obrador, no votaron por el retorno del presidencialismo autoritario. Y, están desconcertados por la indolencia oficial ante el empoderamiento territorial del crimen y la violencia desbordada, el autoinducido desabasto de medicamentos y aumento de la pobreza, el estancamiento económico con inflación y desempleo, el uso político de la justicia y la subestimación de la violencia contra las mujeres. El cierre de estancias infantiles y escuelas de tiempo completo, el desprecio por la ciencia, el acoso al INE y el derroche de recursos públicos en magnas obras improvisadas, etc. Pero para que cambiar el sentido de esos votos, y se los den a los partidos que castigaron en 2018, no basta con el repudio.

Para que abstencionistas consuetudinarios y decepcionados del obradorismo decidan votar por la oposición, se requiere una propuesta que los entusiasme y confianza en quienes la enarbolan. Es conocido el desgaste y descrédito de los partidos, por eso se hace indispensable que en estos momentos cruciales se abran y se coordinen con la sociedad. Quizá esta puede ser la llave que necesitan para recobrar la legitimidad perdida.

La situación, en extremo peligrosa, que vive el país ha generado una extensa y general oposición social deseosa de participar para inclinar la balanza. De ahí que hayan surgido distintos esfuerzos civiles que coinciden en la necesidad de que los partidos opositores presenten una sola candidatura presidencial. El Frente Cívico Nacional, con presencia en las 32 entidades busca precisamente encausar el enorme y creciente descontento, para lograr la más amplia unidad posible y los candidatos incidan de manera protagónica desde ahora. 

La suma de logos partidarios es indispensable, pero insuficiente. Una opción creíble, confiable y esperanzadora para la mayoría de los mexicanos tiene que dejar en claro que: no representa al pasado reciente que fue derrotado estrepitosamente hace 4 años. Sino algo diferente y mejor, que construye en vez de destruir, que va a corregir lo que está mal, preservando lo valioso, y sabe cómo hacer de México un país justo y de oportunidades para todos. La mejor forma de acreditarlo es abriéndose a la participación ciudadana. La unidad se construye en la acción de diversas iniciativas como: el Frente Cívico, Sí por México, Unidos por México y Chalecos México, entre otras. Deben converger para hacer de la alianza opositora, la opción ciudadana que dispute la nación al populismo autoritario. Oportunidad que debe aprovecharse, porque se ve difícil volverla a tener. 

Pablo Gómez Tarso