ATENTADO CONTRA CIRO GOMEZ, RESULTADO DEL MAL GOBIERNO

O REALIDAD SOCIAL SIN AFRONTAR

 

Hola feliz 2023 Don Armando, equipo del ECOS y lectores asiduos. Espero sea mejor de lo ha sido para muchos hasta hoy y cambie favorablemente para quienes no la pasaron bien. Y que se logre unidad, solidaridad, consciencia y armonía entre familiares, compañeros de trabajo y amigos para que individuos en sociedad acabemos con problemas en general que impiden disfrutar de la vida. Esa que se va en un instante y se complica por decisión propia, al no disfrutarla sensatamente minuto a minuto.

 

Y sirva de análisis el atentado contra un periodista famoso de televisión, un hecho deplorable visto desde cualquier vértice, que afortunadamente no pasó a mayores. Pero lo que significó el que haya sido atacado. Uno más a la lista de tantos casos de ataques, que lamentablemente son asesinados.

O los de los “hijos de vecino”, modismo mexicano para definir a cualquier persona, expuesta a la traumática y diaria violencia para unos y esporádica para otros, que alcanza cifras desmedidas por mentes criminales que atentan contra las personas en: la calle, el transporte, los lugares públicos y lo peor ya se vea o se comente como algo ¿Normal que pasa?.

 

¿Normal que transiten a diario, en ciudades, pueblos o serranías, individuos solos o en compañía: en moto, auto o a pie, con armas blancas o de fuego? ¿Normal que uno o varios despojen a las personas de sus pertenencias, los ataquen física y/o psicológicamente y hasta los maten? ¿Normal que predomine la violencia verbal, física y hasta política en todo el mundo? ¿Normal que haya más personas que obtengan de manera lícita o ilícita armas de fuego y atenten contra quien elijan o les ordenen?.

 

¿Qué pasa al menos en México? ¿Cómo se ha podido llegar hasta estas situaciones? ¿Qué toca hacer a cada uno de los habitantes humanos de la Tierra devastada día a día por nosotros en pequeña o gran medida?.

 

¿Ancianos, adultos, jóvenes y/o niños? ¿Cuándo decidirán, sobre todo los JÓVENES, participar solos y/o unidos, pero organizadamente, para diseñar y llevar a cabo, estrategias que disminuyan y por qué no, desaparezcan la violencia que impera sobre la razón y la conciencia?.

 

De qué sirve tanta lucha por obtener derechos, si los mismos ciudadanos del mundo e instituciones privadas y de gobierno fallan en sus obligaciones de hacer respetar sabiamente las leyes naturales y humanas que existen para lograr armonía y sano desarrollo social e individual.

 

¿Qué debe pasar para escuchar buenas y constructivas noticias en lugar de notas llenas de destrucción e involución? ¿Acaso el divorcio mental del sentimental y emocional generado por tanta distracción tecnológica y mediática global e inútil, en mayoría de casos, contra el crecimiento integral, terminó ya con los valores propios de comunidades y sociedades en constante evolución o ya evolucionadas?.

 

¿Lo dañino y superficial debe regir las vidas de millones de seres humanos que por inercia se dejan llevar instintivamente por lo que otros digan, sin siquiera detenerse a observar, ya no si les gusta o no, sino sea de provecho para su existencia? ¿Por qué hoy la vaciedad supera la racionalidad? ¿El estar politizados implica desestabilización permanente, enajenación generacional, eliminación del sentido común de supervivencia? ¿Acaso la pereza en todas sus formas es la causa de todo lo que hoy pasa?

 

Se opina de todo y con actitud de experto, pero el debate público enfatiza que se han debilitado los gobiernos por sus incapacidades para hacerle frente a los problemas en ascenso. Y tal vez sea porque se limitan a satisfacer necesidades básicas de unos pocos o de la muchedumbre, dejando de lado la EDUCACIÓN y SOCIAL INTEGRAL, QUE INCLUYE A TODOS.

 

Un tema sin resolver que se genera por diferencias tan marcadas sin aportación cultural genuina y bajo la tutela de la ignorancia, que provoca: malas interpretaciones, cortedad de visión, necedad recurrente, actuar impulsivo y falta de previsión de consecuencias.

 

En fin, para terminar cito a Paul Tabori de su libro “La Historia de la estupidez humana”: -¿Y qué decir de la estupidez de la idolización del héroe? Es el fundamento de todos los gobiernos totalitarios. Ninguna nación, ni siquiera los alemanes, experimentan amor por la tiranía y la opresión-.

 

-Pero cuando la estupidez del instinto gregario infecta la política, surgen los Hitler, los Mussolini y los Stalin. Y quien crea que éste último constituye una simplificación excesiva del problema, que lea unas pocas páginas de Mein Kampf; que estudie los discursos de Mussolini o las declaraciones de Stalin. No hay una sola línea que sea aceptable para la inteligencia o el cerebro normal. La mayoría de los conceptos son tan absurda tontería, un niño de 10 años podría advertir la falsa lógica y la absoluta vaciedad.

 

Pero ha sido el alimento diario de millones de seres humanos que han creído, durante años, que los cañones son mejores que la manteca, que cierto árido desierto africano podía resolver el problema de la sobrepoblación italiana, y que es provechoso al proletariado, trabajar en beneficio de un imperialismo burocrático que se oculta tras la barba de Carlos Marx.

 

Surge la estupidez masiva con 15 millones de muertos en una sola guerra. En toda Alemania, ¿Hubo alguien capaz de ponerse de pie para decirle a Hitler que era simplemente un imbécil? Hubo quienes lo calificaron de pillo, de loco, de soñador, (Y algunos hay que todavía lo creen un genio), pero la estupidez era lo suficientemente profunda como para impedir que nadie hablara en voz alta.

 

Durante los últimos veinte años hemos pagado el precio de ese silencio, y continuaremos pagándolo durante las próximas dos generaciones, y quizás durante más tiempo aún. ¿Cuál es el costo de la credulidad, de la superstición, del prejuicio, de la ignorancia? Imposible pagarlo ni con todo el oro del universo. ¿O usted qué opina?