COMENTARIO
 
Que no somos iguales, declara en casi todas sus mañaneras López Obrador. Tiene mucha razón. Pero no nos dice a quiénes no son iguales; si se refiere a los del PRI o a los del PAN. Si alude al combate a la corrupción, los escándalos de tráfico de influencias vinculados a sus hijos del presidente son semejantes a los hijos de Martha Sahagún. Si se refiere al crecimiento económico, el gobierno de López no es igual a los anteriores, es peor: el crecimiento del 1 % en los últimos cinco años es el más bajo de los recientes cuarenta años. Si se refiere a la inseguridad, no tiene nada que presumir; de los 121 mil 613 asesinatos que ocurrieron en el sexenio de Calderón, pasamos a 172 mil en los 5 años que lleva gobernando López Obrador. Iguales no, mucho peores.
 
En el rubro de salud, el actual gobierno sí puede afirmar que "no somos iguales". La cantidad de muertes (800 mil relacionadas con el Covid) no se registraba desde tiempos de la Revolución Mexicana, hace un siglo. Este gobierno dejó sin cobertura de salud a más de 30 millones de mexicanos; destruyó el Seguro Popular y lo sustituyó por la fantasía de que estamos mejor que en Dinamarca. Definitivamente, no son iguales. Como tantas cosas relacionadas con el gobierno de López Obrador, la frase de "no somos iguales" es un eslogan vacío de contenido.
 
LA REDACCIÓN