CHIRIGOTEANDO

 

AMIGOS:

“El impulsor que detuvo el tren con el primer amparo fui yo, y vivo en Playa del Carmen desde hace 18 años, hace once compré mi casa, ahí estoy, usted sabe perfectamente quien soy; ¡Dejen de mentir! ¡Qué ganas de generar odio! Se está enfrentando, no a unos adversarios míticos. No somos molinos de viento. Solo ciudadanos de Playa del Carmen, Akumal, de Cancún, de Tulum. Gente que trabaja día a día en ese lugar. Gente que eligió ese lugar para vivir”. “¿Por qué nos odia tanto? ¿Por qué no nos escucha? Aquí estoy, venga hablar conmigo, no hace falta que ponga a ningún organismo a buscarme. Estoy de visita en la ciudad de México, me quedo hasta el sábado 23 de julio, señor presidente, vamos a hablar; eso es lo que queremos hacer desde que nos invitó a Palacio Nacional y nos cerró la puerta, nosotros nunca nos cerramos al dialogo”. Indicó José Urbina, fundador del Cenotes Urbanos, el pasado jueves 21.

 

 

IMPUNIDAD. A no pocos ciudadanos les parece inconcebible que exista en nuestro país tanta impunidad, para ajustarse a los preceptos legales que nos rigen por parte de un gobierno que se pasa cualquier regla de restricción por el arco del triunfo. Pisotea la ley de amparo, la ecología, los tratados internacionales que ha firmado, las reglas de juego económicas, suelta a criminales con orden de aprehensión, intimida a jueces, interfiere en otros poderes que deberían ser independientes, maneja a la Fiscalía General de la República como instrumento político, como si fuese una dependencia más. ¿Y no pasa nada? La impunidad en México comienza en lo más alto del poder y de ahí se extiende hacia toda la sociedad.

 

 

NUESTROS legisladores están entregados a la voluntad del Poder Ejecutivo. No realizan el mínimo esfuerzo por limitar sus numerosos excesos. Sometidos, consideran su deber de no defender al pueblo o a la democracia. No hacen respetar nuestras leyes y la independencia del Poder Judicial, sino defender al “señor presidente”. Esta obediencia ciega de los legisladores, es lo que ha ocasionado que el gobernante en turno ande de desacato en desacato, buscándole pleito al Gobierno de los Estados Unidos y en una de esas hasta llegar a amenazar con derogar vía el Senado el T-MEC. Lo cual sería si se llegara a cumplir, algo catastrófico.

 

 

MÉXICO no podrá exportar, ni importar, nuestra economía se desplomaría más, el desempleo se dispararía y el país quedaría aislado, sin granos, sin gasolina, sin inversión, sin mercados, sin generación de riqueza, prácticamente empobrecido. No dudamos ni un segundo que si el presidente lo solicita, el senado le aprobaría lo pida sin chistar. Ello pese a que el mismo presidente ha cancelado la opción de ser candidato presidencial al líder de la bancada morenista en el senado, al zacatecano Ricardo Monreal. Mientras tanto SI QUEREMOS LA PAZ TRABAJEMOS Y OREMOS POR LA JUSTICIA y hasta la próxima chirigoteada amigos: [email protected]