TANTITA PRUDENCIA

Es evidente que la ausencia de prudencia y la falta del mínimo respeto de hombres y mujeres al encontrarse de tras de un volante, no es privativo de México. En otros países sucede lo mismo o algo peor: el mal de muchos no es consuelo de nadie. De todos modos, si condujéramos nuestros vehículos pensando en que debemos hacerlo con respeto a los demás y con tantita prudencia. En primer lugar, se reduciría la escandalosa cifra de accidentes, con frecuencia con resultados fatales. En segundo lugar, no se darían las batallas campales que con frecuencia vemos en las pantallas de nuestros televisores. En fin, también en lo económico obtendríamos importantes ahorros: reparaciones, deducibles, infracciones, grúas y “mordidas.” Bien vale la pena poner los cinco sentidos mientras conducimos un vehículo. ¿No cree usted. . .?